Es un arte antiguo que conecta profundamente con la persona que es su bebé y que le ayuda a comprender el lenguaje no verbal de su hijo y responder a él con amor y una escucha respetuosa. Le da poder como progenitor al ofrecerle el medio de convertirse en un experto de su propio hijo y, por tanto puede responder de acuerdo a las necesidades únicas del pequeño.
El niño cuya voz es
oída, cuyo corazón está saciado y que esta rodeado de amor, emite también este amor y lo entrega a los demás en forma
natural y generosa. Al ser tocado con respeto y cariño aprende a reconocer este
tipo de contacto. Aprende autodisciplina observando a sus padres e imitándolos.
Los profundos vínculos emocionales creados
en la infancia son una base perfecta para toda una vida de confianza, valor,
fiabilidad, fe y amor.
Dar un masaje a su
bebé es algo que comunica amor, libera tensiones y ayuda a comprender mejor las
necesidades de su hijo. El que sea divertido es sólo una ventaja añadida.
Cuando sabemos por qué nuestras caricias son
tan importantes para nuestros hijos nos resulta más facil seguir nuestra
intuición, relajarnos y dar vía libre a nuestras inclinaciones naturales. Para
un bebé, el masaje es algo más que una experiencia lúdica, sensual o un tipo de
terapia física. Es una herramienta para
mantener su salud y bienestar a muchos niveles distintos. Ayuda a los padres a sentirse seguros en su
capacidad de hacer algo positivo por-y recibir una respuesta también positiva
de ese nuevo ser que ha pasado a estar a su cargo.
La sensibilidad de
la piel es una de las fuciones más importantes del cuerpo y una de las que se desarrolla en un estadío más
temprano. La estimulación cutánea es, de hecho, esencial para el correcto
desarrollo orgánico y psicológico. Citando a la antropólogo Asley Montagu su
opinión sobre el masaje infantil, su comentario fue: “La gente no se da cuenta
de que las primeras comunicaciones que recibe un recién nacido, el primer
lenguaje de su desarrollo, se realiza a través de la piel. Si uno fuera
consciente de este hecho ofrecería inmediatamente al niño toda la estimulación
cutánea necesaria”.
Las caricias suaves
y los contactos cutáneos mejoran el funcionamiento de casi todos los sistemas
importantes: respiratorio, circulatorio, digestivo, excretor, nervioso y
endocrino-inmunológico.
Tomado del libro: Masaje infantil de Vimala Schneider McClure. Fundadora de la Asociación Internacional de Masaje Infantil.